Inversión de Impacto

Conocer más sobre inversión de impacto

¿Cómo se diferencia la inversión de impacto de la inversión tradicional y de la filantropía?

Tradicionalmente, los proveedores de capital han buscado maximizar ya sea su rentabilidad financiera o su impacto social o ambiental. Al invertir en una empresa, las empresas de capital privado históricamente se han centrado únicamente en analizar y predecir los múltiplos de rendimiento durante el período de inversión, con poca o ninguna consideración del impacto de la empresa en los parámetros sociales o ambientales. En el polo opuesto están los filántropos – personas y organizaciones interesadas en asignar su capital hacia oportunidades que maximicen el impacto social. En consecuencia, los inversores tradicionalmente han tenido que elegir entre estos dos extremos de rendimientos, o combinarlos dividiendo su capital y asignando una parte a cada extremo. La inversión de impacto ha llenado este vacío, brindando una oportunidad para que los inversores centrados en el retorno financiero agreguen un parámetro de impacto en sus decisiones de inversión, y para que los filántropos generen retornos financieros además de los de impacto.

¿Cómo se diferencia la inversión de impacto de la inversión ética?

La inversión ética se centra en evitar inversiones que tengan un impacto negativo en la sociedad o en nuestro entorno, como invertir en compañías que producen armas o tabaco. La inversión de impacto busca dar un paso más. En lugar de filtrar los impactos negativos, se realizan inversiones de impacto en organizaciones, proyectos o fondos que generan resultados sociales y ambientales positivos y medibles, además de rendimientos financieros.

¿Qué es inversión de impacto?

Llamamos inversiones de impacto a aquellas que buscan un impacto social y/o ambiental medible, así como un retorno financiero. Esto puede proporcionar financiación para empresas en sectores tan diversos como la educación, el manejo de residuos, la agricultura sostenible, las energías renovables y las artes.

La inversión de impacto impulsa empresas, iniciativas y proyectos que tienen un efecto transformador en áreas de alto valor para la región centroamericana y sus naciones.

Además, amplía la reserva total de fondos disponibles para fines sociales y ambientales; fomenta enfoques innovadores para resolver viejos problemas; y reconoce que los desafíos que enfrenta la sociedad son demasiado grandes y complejos para ser resueltos por el gobierno, la filantropía y las organizaciones sin fines de lucro por sí solas.

¿Quiénes son los inversores?

Muchos tipos de inversores participan en inversiones de impacto, incluidas las oficinas familiares (family offices); instituciones financieras de desarrollo (como el Banco Interamericano de Desarrollo – BID); instituciones de cooperación internacional (como USAID); administradores de fondos (“fund managers”, como Emerald Peak Private Equity o EcoEnterprises Fund); fundaciones públicas y privadas; bancos y otros inversores institucionales como fondos de jubilación y compañías de seguros; gobiernos; organizaciones financieras comunitarias; e inversores individuales.

Las inversiones de impacto se pueden realizar directamente en una organización o mediante un fondo de inversión de impacto administrado. Por lo general, vienen en forma de préstamo (deuda) o participación privada en una entidad (capital) y abarcan diferentes clases de activos.

¿Cuál es el estado actual de la inversión de impacto?

La inversión de impacto es una industria que está creciendo aceleradamente alrededor del mundo. Según un estudio de la Global Impact Investing Network (GIIN), se estima que hay más de 1,720 organizaciones manejando USD$ 715 mil millones en activos bajo administración (AUM) de inversión de impacto a nivel global. Además, uno de cada cuatro dólares de activos administrados profesionalmente hoy en día (ascendiendo a USD$ 13 billones) considera principios de sostenibilidad, lo que indica que este capital ya está alineado a estos valores más amplios, y que fácilmente podría usarse para promover más intencionalmente el progreso social.

Según datos del Aspen Network of Development Entrepreneurs (ANDE), Centroamérica registró 11 empresas que realizaron inversiones de impacto entre 2016 y 2017. Estos inversionistas reportaron US $1,000 millones en Activos Bajo Administración (AUM) y 4 salidas en Centroamérica, de inversiones en Guatemala, Nicaragua y Panamá. Estos fondos están contribuyendo activa y positivamente a nuestros países y creando valor social, ambiental y económico.

Además de este crecimiento que vemos a nivel mundial, también es importante destacar que ya se ha demostrado muchas veces que no es necesario sacrificar el retorno financiero cuando se persigue un retorno social y ambiental. Varios estudios muestran que hay una relación positiva entre el desempeño financiero corporativo y la incorporación de criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés). Una encuesta a inversores de impacto concluyó que el 90% de los encuestados habían cumplido con sus expectativas de retorno tanto económico como social o ambiental. Otros estudios señalan que la banca que ha incorporado criterios de inversión de impacto en sus operaciones es menos propensa a los riesgos del sector y por lo tanto es mucho más estable, algo que se ha reafirmado en estos tiempos de Covid.

Para más información, te invitamos a contactarnos en info@plataformaiic.org.